A la una
decidí que mañana
me invadiría
la locura.
Habían
pasado las dos
e iban
camino las tres; las cuatro
las pasé
pensando en que hacer.
Mirando
fijamente, buscando
sin reconocer.
Deambulando
en otras esferas lejanas
con las cinco me topé.
Jugando al póker
hasta que salga
el sol, los ojos cansados
y el cerebro harto
de pensar en números, de
filosofar sobre lo
absurdo.
Recobré
la infinitésima
parte de ti que
me corresponde
por puro azar.
El sol me dijo
que era
la hora de levantarse
y no he podido
dormir
aun.
Original la forma, interesante el contenido.
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