domingo, 30 de mayo de 2010

El olor del Napalm por la mañana...




Va consumiéndose el tiempo
poco a poco; pero al recordar
han pasado largas eternidades,
consumiéndome en un sofá sentado.

Esto sólo lo hago por explicarme
que es exactamente lo que siento;
si es verdad que eso del amor existe,
no olvides que lo presagié en poemas tristes.

Porque me cuesta revelar que todavía
apareces en visiones, cuando ya he mirado
en todos los rincones y no he encontrado
nada que me aclare una verdad definitiva.

Podría ponerme a escribir versos sobre tí
sin parar, hacer ahora diez volúmenes
de lo que intentó ser algo especial,
de todas las historias que dejé a medi contar.

Serán siempre para la mayoría estos versos
como piedras inertes; pero llevarlos a cuestas
recuerda que el simple hecho de describir
algo más allá de su existencia es ser poeta.

Me sorprendo de mí mismo cuando escribo
tu nombre oculto entre mis vomitivos versos,
en terribles encrucijadas que pude memorizar;
utilizando el mapa oculto en las arrugas de tu piel.

Siempre quise plasmarte en palabras lo irreversible
de volver a reabrir esas viejas cicatrices que
algún día puee que se cierren con gruesas
compuertas de metal blindado que voy fabricándome.

He perdido el sentido durante demasiado tiempo
como para ser consciente de que de repente
volverías a aparecer cualquier día, arrastrando
contigo ese dulce aroma que un día olió mi cama.

Pero ahora ya es demasiado tarde para socorrer
con baladas que parten de un corazón herido por
la experiencia de buscar el consuelo en unos
labios evanescentes, como el humo al aire libre.

Quizás debería tirar todas estas poesías por el retrete
hacer un borrado de memoria y olvidar esta historia;
mas puedo notar que tengo cierto rencor hacia ti latente
cuando reviso profundamente mis impresiones al verte.

Cuando aterricé en el presente comprobé que eras
el perfecto sueño que siempre desaparece, donde
piensas que lo real es lo que hay en tu mente;
pero la muerte del sentimiento hace ver las caras.

Callarme ante el papel es imposible, ¿qué hago yo
si escribo cien poemas cuando me enamoro de una
mirada? Estoy seguro que detrás de cada verso triste
existe el profundo dolor que causan éstas asperezas.

Ya ves, no encuentro línea que logre eliminar las más
duras puntas de las estacas de las que antes te hablaba.
Que no las clavas tu, sino que yo mismo soy quien las
inventa cuando me creo el argumento de mis sueños.

Odio darme cuenta al final de la noche que
pienso en otras para calmar la sed con un placebo
desesperante, nunca nada es como lo fue antes.
Ninguna supera aquella forma de desordenarse el pelo.

No me acordaba tampoco de otras tantas cosas
y ahora vienen todas queriendo ridiculizarme.
Guardaré en mi memoria aquel instante fugaz
entre la niebla y la densa noche de madrugada.



Jack Red, Salamanca. 30-5-2010

viernes, 14 de mayo de 2010

Feliz Cumpleaños




Son ya 21 las que acompañan.
Mañana, las tendré mas claras.
A pesar de todo, el tiempo pasa.
Y como el raíl de un tren
que lejos se divisa
avanzando hacia el futuro
que tiene otro norte.

Celebraremos el encuentro e induciremos
un nuevo cambio en la rueda
de lo inminente, someternos
a la extrema catarsis
del delirio conjugado
por Pablo Bellot
en cada
párrafo.

Rendiremos nuestro particular tributo
a Baco;
sobre un libro de poesía
desgastado.

Recuerda ahora las conversaciones
que antaño
tuviste en los bares;
donde debatías
acerca del ser,
o de la nada.

Si la vida viene a gritos
yo improviso;
porque la suerte no
trae la forma
de controlarla.

Porque en un mundo de locos
a veces es mejor
bajar la mirada,
aprender del
error y resistir
el viento
fuerte.

Jack Red (13-5-1989)