domingo, 31 de octubre de 2010

Las hojas caen por su peso

Cielos 3


Tormentas de arena

veo cambiar el cielo

de un azul profundo

a un gris intenso.


El mar de hojas otoñales

hacen el camino

más suave

amortiguando

las pisadas

en la calle.


La lluvia

inundando los portales

haciendo a la gente correr

buscando donde refugiarse.


El tráfico imbécil

con el agua, los autobuses

llenos de pisadas de barro, los limpia

parabrisas cansados

de ir tan rápido.


El diluvio incansable

de hojas y gotas coordinadas

borrando el presente, marcando

el futuro.


Observamos el final y tememos

que el nuestro

sea tan catastrófico.




domingo, 24 de octubre de 2010

Mañana somnolienta

Intersecciones Vol.1


Ahora es mañana cuando

a través de la persiana

se ve entrar

al sol impaciente por salir.


Es como mi perro a su hora

de comer.


Han pasado dos horas según

mi reloj

desde que el dichoso Lorenzo

me despertó.


Los domingos matan

a uno por dentro

y para evitarlo

hoy fuerte

he desayunado.


La música me devuelve

parte de lo que era;

lo que ya no soy

se lo lleva el viento.


Paro un rato a reflexionar

sobre que

estoy escribiendo.


Antropológicamente

somos

el resultado de un

azar extraño y por consecuencia

nuestros destinos también

son inesperados.


Mientras miro

viejas fotos que me cuentan

cada una su historia

particular; el jazz

suena

y la línea melódica me hace olvidar

que todo lo bueno

se lo llevó

la primavera.

jueves, 21 de octubre de 2010

Olor a Perfume

Cualquier noche puede salir el sol


Intento engañar a mi

cerebro

pero el es mas ágil

que yo.


Te sigo

pero no oyes mis pasos;

te grito

pero no oyes mi voz;

te escribo

pero parece que no soy

el poeta

que deseas.


Persigo en sueños

tu sombra y siempre

se me escapa, a pesar

de que siempre corro

detrás.


Hay destinos aun no perfilados

e intenciones

similares a las de ayer.


Mañana será un día nuevo

con las mismas cosas

que hoy.


Yo buscaré y tu

te dejarás encontrar

[aunque sea en verso, la prosa

me abandonó]


La música me hace

recordar

a cámara lenta

aquellas escenas para mayores

de edad

en las que tu me quitabas

las ganas de morir.


Cuando recuerdo

que tu nunca fuiste

tanto como yo siempre

quise, recuerdo mismamente

que todavía sigo

enganchado a tu perfume

suave y natural.



miércoles, 20 de octubre de 2010

Sin Título (4)

Más allá de la ventana



La historia

con su cíclica

trayectoria

seguirá haciendo

que los jóvenes

nos quejemos

de lo viejo.


Pero siempre aprender

de los acontecimientos

importantes del pasado.


A cada paso

la vida se nos escapa

luchando contra

algo que llaman

libertad; que cada

cual entiende

la que pueda.


Mas existe

un mundo exterior

dentro de uno

interno, donde

cada cual puede

ser dueño

de sus sentimientos.

martes, 19 de octubre de 2010

Recovecos del mismo callejón

Fuente (Badajoz)



Las noches más extrañas

son las empapadas

con alcohol, cuando

al día siguiente

despierto

con un fuerte ardor.


Recorre todo el cuerpo

estremeciendo mi interior.


Se lleva el gran peso

el subconsciente

cuando redacto

estas notas

del horror.


Cuando anoche todo

era perfecto; o así

por lo menos

lo veía entonces.


Ahora me concentro

por extraer los detalles

objetivos

trastornados por lo borroso

de los recuerdos.


Me torturo condenado a pasear

por una fila de momentos

pasados

que ahora añoro como

añoré

en aquellos mismos años.


Los caminos del laberinto

y las causalidades

hacen que casi me crea

el absurdo juego, otras tantas veces

ya me ha funcionado.


Cuando de la nada

siempre se puede

sacar algo

yo sonrío conforme

contemplando como la locura

se disuelve.




lunes, 18 de octubre de 2010

Obseso

lampara esquina


La sombra de una

farola

se extiende en la noche.


La luna observa

desde arriba

la forma alargada

dibujada

en el suelo de mi casa.


Leo y parece

que estuviesen

repetidas

todas

las palabras.


Veo, oigo

y siento

lo que mi subconsciente

me deja

ver, oír

y sentir; porque

ser

no soy.


Y menos, a estas

horas.


Los ruidos que entran

por la ventana

son como tu voz

suplicando un último beso.


Obseso

por tus caricias

por tu forma de mirar

el tiempo si prisa

ausente en la cornisa

del sosiego.


Continuo cada noche

meditando mientras duermo

sobre todo lo que nunca vi

convertirse en cierto.


Pero hay

tantas cosas que ignorar aposta

que se me olvida

cuales son y tu

la principal de ellas

te has quedado marcada

en lo oscuro del corazón.


domingo, 17 de octubre de 2010

Cayendo la noche

Atardecer Lluvioso


Me imagino una

y otra vez

la vida

a mi gusto.


Las piedras dejadas

atrás en el camino

hacen

que la realidad pierda

lo divino.


Allí; donde imaginé

una tarde perfecta

con un cielo nuboso

casi palpable, es donde

me creo que el burdo

engaño rara vez

pueda ser real.


Hay un camino por recorrer

largo e invisible

dando muchas vueltas

que al final regresa

a su origen: la

nada.


La noche cae

y con ella mece

sentimientos disparados al aire

imaginados

en cabezas solitarias

o que precisan

de especial atención.


Pensar ya ni siquiera

es bastante

puesto que el grito

se impuso a la

razón.


Donde antes había

algo por lo que luchar

sólo quedan

cenizas de la noche

anterior a la despedida.


El sol se apaga

y la luna

nos declara

culpables a los dos.

Horas muertas con resaca

El sol

entra por la ventana, me

levanto

sin ganas

cuando mi estómago me reclama

que hay que darle

la vuelta a sus paredes

y la conclusión

es vomitar.


He perdido cientos

de papeles

con las cartas de amor

que te escribí y creo

que se fueron

junto con mis vísceras

por el retrete.


Bebo poco a poco

de ese jugo que me perjudica

mientras siento:

la vida puede ser

que amanezca

todavía.


Pasando horas muertas

en la puerta de cualquier

bar, fumando

como un loco

y sin parar de

pensar.


La resaca

avisa:

mañana no perdonará

y la noche concluida

no me dejará

dormir a gusto.


Entre temblores recuerdo

que anoche te vi

mirando con tu particular gesto

hacia todo y nada

a la vez.


Mi alma poeta

rehúsa

de pasar página

de una vez.


Por eso es que me encuentro

a solas todas las noches

ante cualquier papel.



jueves, 14 de octubre de 2010

Ausente

Mi vista parece

a veces

que se queda sin

color.


Desapareces

a veces

cuando más me gustaría

decirte lo que siento

decirte

que sigues siendo la chica

de la que me

enamoré.


Eres

lo que en día fuiste

y todavía

no he sido capaz

de asumir.


Eres

parte del recuerdo

que me da miedo

a borrar

y me entristece pensar

que mi oportunidad

pasó

sin siquiera

avisar.


Me entristece ver

que las calles no te miran

al pasar.


Me entristece que la rutina

no te deje ver lo que hay

detrás.


Fuera llueve.


Los teléfonos suenan

y nadie responde.


Mientras yo escribo

poesía envenenada

por el pensar

que me puede y por tardar

tanto siempre

en actuar.

martes, 12 de octubre de 2010

Madrugada

A la una

decidí que mañana

me invadiría

la locura.


Habían

pasado las dos

e iban

camino las tres; las cuatro

las pasé

pensando en que hacer.


Mirando

fijamente, buscando

sin reconocer.


Deambulando

en otras esferas lejanas

con las cinco me topé.


Jugando al póker

hasta que salga

el sol, los ojos cansados

y el cerebro harto

de pensar en números, de

filosofar sobre lo

absurdo.


Recobré

la infinitésima

parte de ti que

me corresponde

por puro azar.


El sol me dijo

que era

la hora de levantarse

y no he podido

dormir

aun.



lunes, 11 de octubre de 2010

Amanecer de verano

Enciendo la llama verde

con reaggae

en los auriculares.


Surgen de improvisto

los detalles que olvidé

de algunos recuerdos

que guardo en la

recámara.


Me duelen las manos ya

de teclear tantas palabras

y de ver siempre

en lo profundo

cada segmento del panorama.


Cierro los ojos, para ver

como la mañana dorada

se deja ver por la ventana

cuando las nubes que dibujan formas

reinan

en lo alto del azul constante; en la memoria

es donde guardo

aquellos preciados

instantes.


Para evadirme de una realidad

constante

deformada; cambiante

como el rumbo del aire con

ambiente de película de cine

negro.


Donde el final es como un muro

contra el que de frente te

estrellas.


Mas testigos somos el papel y yo

de la historia enmascarada.

20. (Hank, ya no me escribes poemas de amor)

Letra de mi canción
anunciaste nuestro destino
uniéndonos por un tiempo.

Recordando escribo esto
añorando días ciertos.

Logré pensar en ti
aun sintiendo otros besos.

Un interminable sufrimiento
retratarme en tus ojos
aunque sean los míos
en el espejo.


domingo, 10 de octubre de 2010

Ayunas

Me automedico

con recetas de la

abuela y las

ganas de sentir

vuelven a hacer

que se pongan en marcha

las inmensas avalanchas.


Leo las señales que envía

el cielo e interpreto

a mi gusto

sus particulares señuelos.


Bajo a veces a ver que tal

está el mundo de las

apariencias;

sólo para estar presente

de la continua jodienda.


Rompo entonces las reglas de la conciencia

establecida y me acomodo en algo más profundo

que lo que puede entregarme lo que existe fuera.


La historia es

agua que corre,

el presente

simplemente no

existe.


En cuanto al futuro

mejor

no hablar de futuro.


viernes, 8 de octubre de 2010

Paisajes Sonoros (Vol. 1)

El viento sopla

en el acantilado.

Con la niebla topas

cuando sigues andando

por el filo de

lo imposible.


Las nubes hablan

en tonos grises reinando

el cielo.


Las máscaras que usamos ayer

hoy están junto al

vertedero.


Siempre los verdes fraudes

topan con la ausencia

de buenos juicios

hacia todo lo que representan.


Ni yo mismo entiendo

el sentido de la inconsciencia

de mantenerse vivo

simplemente

por fuera.

jueves, 7 de octubre de 2010

6:35 de la mañana


Despierto

con fiebre y náuseas, cuando

soy consciente de que

existo es cuando

el dolor me lo recuerda.


Mierda de gripes

que aparecen de la

nada;

mierda de medicamentos

que nos hacen menos

fuertes.


Salgo de la cama caminando

como si en cualquier

momento el mundo se viene

abajo.


Se desgarra por dentro

mi garganta

aunque beba un solo

sorbo de agua.


A cada tos

retumba mi pecho

y las ansias me hacen

correr al aire fresco.


Y diviso: desde mi balcón

cómo los pajaros siguen

mirando fijamente

al horizonte y pienso; debería

tener el hombre

a veces dos alas

para surcar los cielos.

Rutina

Las caras

de las gentes

iguales

por las mañanas; gente que va

como en un sueño

caminando, quitándose

las legañas.


Me invaden increíbles historias

que olvido

en un instante; posibles

vidas de aquellas gentes

que viajan en autobús, cuando los estómagos

hacen sinfonía.


Mejor escaparse

por la mejor vía que puedas; yo, en la poesía

dejo

meditar las ideas que nunca conté

en las conversaciones.


Aunque me cueste salir impune

de esta triste película que es la vida

ya que la muerte pisa

los talones.

martes, 5 de octubre de 2010

Soliloquio del subconsciente


Tengo varios miles

de versos

en cientos

de sucios papeles

donde se proyectan

mis envidias y

fracasos.


Era una noche poética

y yo allí sentado;

saboreando la amargura

en contacto con

mis labios.


La luz del faro iluminó

la senda que hacía

el llevaba.


Se han marchitado

las historias que

contaban sobre un

largo pasear hacia

la nada.


Es intangible y

escapa al ser descrito

con palabra; esa

sensación pueril

que no deja dormir.


Es un detalle que se

reconoce a la

segunda vez.


Es querer ser lo que

uno nunca supo

ser.


Es un arrebato que

colma con un

garabato.


Es hacerlo por necesidad

de saber de lo

que hablo.


Es pensar que quizás

todo esto valga

para algo.


Es necesaria la

afición de consumirse

a ratos.


Es cruel hilo que

se enreda alrededor

de tu garganta.


Son todas excusas

ya nombradas; son

algunas incluso

tan baratas; son

todo pero a la vez

nada.


Son así, cada una

de mis palabras.

lunes, 4 de octubre de 2010

Cementerio de Metáforas


CEMENTERIO DE METÁFORAS



Pronto las bibliotecas de las facultades me recordaran a grandes peceras, cuando fabrico atardeceres en Anaya. Bocadillos de imaginación que flotan al bostezar los estudiantes, como vaho que no dice nada: el folio permanece en blanco.

... nadie sabe qué sucede cuando una metáfora muere.

Las metáforas se fosilizan en tu lengua, el rastro de las historias que no cuentas y allí perecen y se vuelven saliva densa. Pronto las comidas te resultará demasiado ácidas, pronto las sentirás como si hubieras paladeado monedas incandescentes antes.
Quizá padezcas cáncer de palabras, es la sentencia que una voz desconocida proclama desde el interior de un escusado en los aseos de la estación de autobuses. Nunca verás al dueño de ese diagnóstico tan poco alentador, pero a ti la lengua empieza a dolerte mientras arrastras tu maleta hacia casa...
Como si se hinchara, como si fuera a reventar...

... durante lo quejidos finales del somier de mi cama, al cerrar la puerta de mi cuarto, la luz roja de la lampara china electriza las sábanas, sus extremos lamen el suelo de parqué...

A veces la negligencia del tiempo suena como el claqué ralentizado de un veterano crooner en Las Vegas, como una sesión de drum&bass en el desierto de lo reconocible.

... y aun pienso en tu pijama verde tirado en el suelo, como si te hubieras evaporado después de un incidente atómico. Pruebo a iluminarte y nos mortifica la desesperación del mechero que no funciona. Luego, quizá, un grito que gravita en el patio de mi casa, en la calle Santa Clara. Aún puedo orientarme durante los graves extravíos, cuando vuelvo de tu residencia y subo por los callejones oscuros.

Allí, los renglones torcidos son la silueta difusa de una melena que la sombra acaricia. Un amigo me confesó que esa escena era digna de describir...

¿No posee un sentido incalculable y cautivador aquello que no puede ofrecer ningún sentido?
Porque tú, contra tu voluntad o por simple capricho, sigues presa del espejo del baño rosa. ¿No te conté que a veces he entrevisto tu reflejo atrapado cuando cruzaba el pasillo? Allí te mantienes detenida, arreglándote el flequillo antes de verte encandilada por la tarde.

Sólo entonces advertí que uno no ama un lugar hasta que ese lugar no se halla impregnado de recuerdos.

Y entre mis apuntes encuentro enigmáticos mensajes. Oráculos recitados desde el anonimato del que niega su mano...

... y dicen
que siempre es más fácil recordar la fragancia de las mañanas de la infancia,
dicen
que hay tornados sobre las cabezas de los que con exceso recuerdan,
dicen
que el viento que has traído en tu mochila es un secreto que sÓlo descifrarán los que han practicado las declinaciones de la dulce espera...




Roberto Gueroa, Salamanca, 4 de octubre de 2010.

A solas con la poesía

Cuando camino

la música en los cascos

voy sin destino,

a solas con la poesía.


Anoche soñaba

mientras escribía

pensando en mañana,

a solas con la poesía.


A solas no me siento

solo

porque a solas

estoy con la poesía.


A solas soy

la poesía

y por ella

desmonto las jugadas

porque ella

es la que manda.


Cuando la mañana

son rayos de luz proyectados

yo deambulo

a solas con la poesía.


El recuerdo que guardo

de ti

no es para mí,

es para la poesía.


Atado me mantiene

a la cordura

la poesía, ella

hace que no me pierda

en este esquizofrénico

sistema.

domingo, 3 de octubre de 2010

Caos Alrededor

Una cruz señala

el centro

de un papel

arrugado, traído

por el viento; escrita

con tinta

azul acompaña

una nota:

“la multitud

está muerta por dentro”.


Yo sonrío observando

desde mi posición

como la vida

gira.


Mientras en las entrañas

se cocinan los

secretos capitales.


La memoria me

permite ahora

recordar por un instante

el tacto aterciopelado

de su piel.


Viviendo con un continuo

caos a mi alrededor

donde cambio

es lo que lo define

mejor.


Cansa reorganizar

la vida piedra a

piedra y en situaciones

comunes albergamos

esas mismas ganas.


De vomitar, quizás

a la nada, lo que

nos hace callar

la boca; cuando

somos lo interior

ante un impulso, cuando

el vaso se

llena.

viernes, 1 de octubre de 2010

Masaje auditivo

Encerrado

en mi particular

burbuja

escucho a John

Sebastian Bach

como haría el viejo Bukowski.


Acarician mis oídos

suavemente

las miles de voces

de un adagio que piden

clemencia para una

melodía.


Indesciptibles parajes

recorren mis oídos, me

dejo

llevar por el ritmo;

dejo

que los golpes de violín

me lleven

donde ellos quieran, sin

prisa por volver, sin

prisa por el mañana.


Después

llega el jazz tranquilo

que suave

me conduce hasta otro

particular

infinito.


Volando los pájaros

hacia el atardecer, empiezan

las farolas a dar su

anaranjado color

a las cosas.


Deslizándose entre

las notas se cuelan

mis palabras

susurrándole al viento

que el olvido es su condena.