lunes, 10 de febrero de 2014

57.






A veces vuelvo a pasar
la noche en vela deambulando
en mil pensamientos
y dando vueltas en la cama
hasta que es demasiado tarde
como para no darle importancia.

A veces, reconozco, que paro
demasiado en tus labios rojos
pero solo en sueños rozo
algo tan mágico que no puedo recordar.

Es odioso estar enganchado
desde la distancia y en la sombra
pero mucho peor sería
vivir cerca tuya sin poder
disfrutar de un viaje en la montaña rusa
de tus caderas
todas las noches después de cenar.

No es que quiera simplemente hacer
lo que todos quieren
hacer contigo:
yo quiero ser experto
de cada pliegue imperfecto de tu cuerpo
e ir trazando de memoria
un mapa táctil con mis dedos
y que la noche no acabe
cuando acaben nuestros cuerpos
sino que acabe cuando
culminen nuestros cerebros.

Y a la mañana siguiente
eso de ‘buenas noches’
habrá sido verdad
sin que importe el mal aliento
ni la cruda realidad.

Porque no hay nada tan bello
como recordarte temblando
tan nerviosa como yo
cuando nos dimos el primer beso
pero todavía lo hace más perfecto
saber que no se va a repetir.

Por eso es que cada vez
que me doy un golpe
bebo un trago
o fumo un porro
espero que no haya
roto la conexión neuronal
que corresponde a ese momento.



miércoles, 5 de febrero de 2014

Voy a borrarte






Voy a borrar nuestras conversaciones
tus mensajes al móvil
tus correos electrónicos
tus comentarios en mi muro
aquella foto que nos hicimos una vez juntos.

Voy a eliminarte de mis amigos
a dejarte de seguir la pista
a borrar tu número de teléfono
para no volver a mirar si me estás escribiendo.

Voy a dejar de escuchar
todas las canciones que compartes
y las que escuche serán
sólo para mi.

Voy a cambiar mi ruta
para nunca jamás cruzarme contigo.

Pero
por mucho que lo intente
seguro que no podré
borrarte de mi mente.