Enciendo la llama verde
con reaggae
en los auriculares.
Surgen de improvisto
los detalles que olvidé
de algunos recuerdos
que guardo en la
recámara.
Me duelen las manos ya
de teclear tantas palabras
y de ver siempre
en lo profundo
cada segmento del panorama.
Cierro los ojos, para ver
como la mañana dorada
se deja ver por la ventana
cuando las nubes que dibujan formas
reinan
en lo alto del azul constante; en la memoria
es donde guardo
aquellos preciados
instantes.
Para evadirme de una realidad
constante
deformada; cambiante
como el rumbo del aire con
ambiente de película de cine
negro.
Donde el final es como un muro
contra el que de frente te
estrellas.
Mas testigos somos el papel y yo
de la historia enmascarada.
No hay comentarios:
Publicar un comentario