jueves, 7 de octubre de 2010

6:35 de la mañana


Despierto

con fiebre y náuseas, cuando

soy consciente de que

existo es cuando

el dolor me lo recuerda.


Mierda de gripes

que aparecen de la

nada;

mierda de medicamentos

que nos hacen menos

fuertes.


Salgo de la cama caminando

como si en cualquier

momento el mundo se viene

abajo.


Se desgarra por dentro

mi garganta

aunque beba un solo

sorbo de agua.


A cada tos

retumba mi pecho

y las ansias me hacen

correr al aire fresco.


Y diviso: desde mi balcón

cómo los pajaros siguen

mirando fijamente

al horizonte y pienso; debería

tener el hombre

a veces dos alas

para surcar los cielos.

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