La vi marchar
con su paso
decidido, avanzando entre
la multitud, alejándose
a cada paso una
eternidad.
Yo allí
en medio de la
nada: palpitando un
último instante antes de
que en vano desaparezca su
inconfundible imagen.
Volveremos a encontrarnos
en sueños profundos
que nunca imaginará, compartiendo
un instante jamás imaginado
que nunca existirá.
No pasan nunca del todo
algunas nubes negras, se
quedan estancadas en mi
triste y absurda miseria.
Mas si bien mañana, volverá
a ser la que siempre era.
Jack Red. Salamanca, 14-4-2010
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