jueves, 15 de abril de 2010

Horas perdidas

Perdidas
tantas horas
como trenes
que nunca llegaron
a la estación
correspondiente.

Se quedaron congelados
con el frío del
invierno.

Ni el calor derritió
los engranajes
congelados que hacían
funcionar las
grandes locomotoras.

Angostas las vías
y los trechos
por recorrer todavía
más.

Ellos se quedaron
sin su habitual
respuesta
y deambularon como
zombis
entre la muchedumbre
sedienta.

Muertos de sed
injustificable
e insaciable.


Jack Red. Salamanca, 5-2-2010

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