jueves, 15 de abril de 2010

Ni el agua se atreve






Cuando parece que la calma reina
el puerto, las olas no suenan al batir
contra el grueso muro de hormigón.

Sabiendo, tan seguro como puedo, que
no vuelven los momentos que se fueron
ni las postales de un cálido invierno.

El recuerdo se vuelve en vano cuando
intentas plasmar algún sentimiento, que
carece de valor por el paso del tiempo.

Podrás desaparecer de todas las fotos
que miraba antes, estudiando cada
pliegue de una simple imagen.

Se volverían vanas las líneas y las horas
que pasé meditando sobre la fortuna;
¿serían válidas algún día?

¿Cómo hacer que el recuerdo desaparezca
aún no pudiendo borrar todas las huellas
que dejó por la orilla de ésta triste playa?

Ni el agua se atreve a borrar las marcas.


Jack Red. Salamanca, 6-4-2010

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