Muchas
veces la
soledad
es la
mejor
compañía.
Todas las
noches juro
cambiar
de vida:
olvidarme
de ti
y del
ideal.
Me siento
ridículo
sólo al
pensar
el
delirio que
es todo
esto.
Algunos
sentimientos
no
toleran la
razón y
obedecen
ciegos,
caprichosos...
Y sin
embargo...
Veo en ti
ese ciego ideal
que yo
sólo se que siento.
Las palabras
quedan mudas
sigo sin
comprender que leo.
El
interior se nos revela
clamando
a gritos una respuesta.
Justo en
el momento en el que todo
se
acompleja, surge al fondo: esencia.
¿Qué
une el humo de los aros?
Quedo
anonadado por
los
reflejos del sol
en el
suelo
que me
revelan que avanza
el
tiempo.
La
belleza en esencia
sólo la
encuentra el que
la busca.
Como la
delirante figura
de humo
gris
de este
cigarro.
Siempre,
me seguiré
preguntando:
¿qué
une el
humo
de los
aros?
11-11-2009.
No hay comentarios:
Publicar un comentario