sábado, 6 de octubre de 2012

26. Reinaba la calma en el barrio


Badajoz




Reinaba la calma en el barrio.

No se oía casi ningún coche atravesar la concurrida avenida
que de día desprendía un asqueroso humo gris
proveniente de la ingente cantidad de coches que circulaban por allí
pero ahora está tranquila.

Salvo por la sirena que acaba de despertarme
que hacia toda velocidad corría calle arriba dejando detrás un centelleo azul
sería alguna pelea en algún bar, una mujer maltratada por su marido
o alguna que otra jodienda causada por el alcohol.

El mundo se viene encima pero para algo tengo
estas cuatro paredes que aguantan todo su peso
mientras yo recobro la inspiración
saltando de la cama y empezando una lucha con el papel.

Las coincidencias parecen buscarme
aunque he de reconocer que yo siempre estoy dispuesto
a encontrarme con ellas
será por eso que ahora medito y me invento otro cuento.

Han pasado ya dos horas y varias copas
y la tranquilidad parece haber vuelto cuando me he confesado
a mí mismo mis pecados.

Y de nuevo en la cama averiguo
que es imposible dormir esperando leer la respuesta
a un mensaje
que todavía no te he enviado.

Reinaba la calma en el barrio
y por una puta sirena
ahora estoy aquí atrapado.




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