Escucho la música natural
son las gotas de lluvia
golpeando en mi cristal.
La ansiedad
me corroe por dentro
y solamente la combato
poniendo en orden
mis ideas.
Dejaste una brecha
abierta y por ahí me entra
el aire
como si fuese una ventana
haciéndome temblar.
Recuerdo otros tiempos
también vestidos con faldas
de otoño.
Se me dispara
el sentido de la palabra
cuando pienso como se formaba
una curva en tus mejillas
al sonreír.
Lo contradictorio
es satisfactorio mientras
en este mundo manden
los bancos, donde siempre
gana el malo.
Donde el hábito
en el mejor de los casos
rara vez es necesario.
Alzar la vista
hacia el cielo
y seguir esa cometa que es
un sueño, seguirla
con la vista a través del azul
más allá de las nubes, casi
rozando la atmósfera.
El límite está
donde queramos
dejarlo.
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