Dejo siempre para el final
lo importante y necesario, dejo
sin cubrir
mis espaldas y el tiempo llega; aunque
al final siempre
el viento me ayuda a hacer las cosas
antes de que se me olviden.
Debato con ansiedad
lo que sea
solo por sentirme fresco
y poder ver las cosas
lo más limpiamente
que pueda.
Cuando imagino
calles infinitas con aceras
donde los coches dejan
pasear por medio
de la carretera, donde
no haya nadie con quien
chocar y tener
algún tipo
de altercado; veo el desfilar
de miles de farolas
alineadas para recibirme a solas
con miles de cuartillas escritas
a doble cara, selladas con
mi letra.
Dejo que las cosas
por si solas
sucedan.
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