martes, 9 de noviembre de 2010

Hora de la siesta

Cenicero & Humo


Me cubro con capucha en mi habitáculo, hace frío y no quiero coger un puto constipado. Mierda de tiempo cambiante, lo mismo hace sol que se pone a llover. No es que tenga nada en contra de la lluvia, pero un tiempo así rompe a uno los esquemas. Como animales que ya sabemos que somos, nuestras defensas están débiles y odio los moquillos mañaneros. La prosa se me sigue encallando, como encallan los barcos de los traficantes; barcos descargados y abandonados en la playa a su suerte. Olvidados. Gueroa dice siempre: “lo difícil es empezar”, estoy totalmente de acuerdo con el en eso. Pero a veces las palabras no fluyen, lo que hace que todo parezca un barro que no consiga resbalar y se quede estancado, como la mierda, vaya.


Ahora el sol me deslumbra y me jode realmente en la cara, tengo que adoptar otra posición si no quiero quemarme la retina y no ver nada a los 50 años, si llego. Acabo de ver el paquete de tabaco encima de la mesa, me han entrado ganas de fumar otro cigarrillo. Mierda. El pensamiento número uno del día, que nunca se lleva a cabo: dejar de fumar. El tabaco no sirve para matar el tiempo gastando dinero y llenándote de mierda los pulmones. Aun así, en todas las esperas y los descansos necesito ese jodido palillo de nicotina. Puta nicotina. Hace dos años, conseguí dejar de fumar durante siete meses. Nadie creía que no fumase. No lo hacía realmente. Solo fumaba marihuana de vez en cuando, con el menor tabaco posible. Al final me jodió tanto que nadie me creyese, que volví a fumar por desesperación. Desde entonces sigo enganchado al carro, con mas o menos número de cigarrillos diarios. Ahora es mucho peor, fumo más cigarrillos.


Jodidos humanos, nos llenamos de mierda para satisfacer nuestros sentidos y necesidades e impulsos psicológicos. Somos un jodido laberinto de neuronas particular, con engranajes y sistemas que hemos ido adoptando y cambiando día a día. Momento a momento. Todo el exterior nos influencia, no es nada nuevo lo que estoy diciendo. Ya lo han dicho muchos antes que yo. Pero lo repito. Ayer aprendí en clase de Radio que es bueno usar la reiteración. Como en publicidad.


Pensándolo bien, la cosa no está tan mal. Peor podría estar. Nos quejamos demasiado, yo el primero, lo reconozco. Deberíamos callarnos más y atender a las cosas que importan y solucionar nuestros problemas. Las cosas no tienen un wi-fi para que funcione todo por telepatía. Pensad cojones.


No molesten, es la hora de la siesta.


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