sábado, 19 de marzo de 2011

Restos inmateriales olvidados en un cajón

¿Qué soy?



Aunque mirando hacia atrás, siempre conseguí andar hacia delante mi memoria fotográfica me hace ser partícipe de una realidad tan cruda como mis palabras.

Nadie conseguirá entender estas pocas palabras, porque detrás de ellas hay una retahíla de sentimientos casi interminable y, por supuesto, ni yo mismo llego a comprenderlos. Pero al menos tengo pruebas de que intenté hacerlo.

Soy amante del pensamiento profundo, siendo culpable de sondear demasiado en los adentros de todo. Soy lo que pienso, y por consecuencia, lo que siento. Soy un atajo de fallidos intentos de localizarme definitivamente en un lugar, pero no se si quiero hacerlo.

Encuentro a mi inspiración, cuando ya he dejado de buscarla, follándose a otro bajo mi edredón; por eso nunca dije lo que en realidad quise decir.

Se perfectamente que la vida es simplemente sufrimiento, o un sueño, o un fugaz encuentro con un macrocosmos, o un camino que se hace para nada. Es por eso que habita dentro de mi un jodido masoquista. Aunque el espejo me quite la razón, porque no creo que nunca haya sido yo mismo, sino un vasto reflejo del acto.

Porque siempre se trata al fuerte como debería tratarse al débil, siempre el justo recibe injusticia. Cuestión de humanidad deshumanizada, la empatía sigue siendo un concepto indemostrable en el cien por cien de los casos, un caso teórico que revisar.


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