El acoso de un febril pensamiento
acaba con mis ganas pero estoy
aprendiendo a controlar
mi mente cada vez mejor.
Esgrimiendo una silenciosa batalla
con el papel para descifrar
el-por-qué.
Vivo intentando aprender
de todo, a pesar de que
odie estudiar algunas veces.
Porque a veces
lo rutinario nos hace sentirnos
hartos del todo.
Dispuesto a no pasar de la raya
afrontando con la cabeza bien alta
que no siempre se gana
porque ganar, a veces, es absurdo.
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