Las decenas de versos
escritos bajo mi puño y letra
de los que eres parcialmente dueña.
Tus detalles
tuve que aprenderlos de memoria
para no hacer real tu ausencia.
Todos las las estúpidas,
cobardes e inútiles
horas muertas deambulando.
Tantas veces ensayando
en un papel, como si se tratase
de una conversación conmigo mismo
delante de un espejo.
La forma en que vi
las gotas que cayeron
entre los dos.
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