Odio por costumbre
los domingos, los recuerdo
como días grises.
Día de hacer maletas, del
falso señor al que se piden
las disculpas.
De andenes, despedidas
y un inmenso sentimiento
de angustia que no se sabe
de donde sale.
Reconozco que me cuesta
acostumbrarme a la normalidad
porque recorro cada noche
mi palacio de la memoria.
Y cada musa sigue
asociada a la mayoría de objetos
que encuentro en el.
En el interruptor de mi mesita de noche
o en el hueco que deja la almohada, a veces
hasta en en el mástil de mi guitarra.
Sudor frío de las pesadillas
motivo del rechazo al amor
material y causa de llevar coraza, escondiendo
los sentimientos al exterior.
Yo tmb odio los domingos ;)
ResponderEliminarpero quitate la coraza, aunque sea solo un poco.
Siempre tan fascinante, tu blog.