Corre el viento por la ventana
refrescando la noche
tras un largo y caluroso día
esta mañana el sol me ha despertado
calentándome la cara en la cama.
Las caladas se me atragantan
cuando alimento el afán de describirlo
evadiéndome todavía más
de esta cruda y triste realidad
donde el necio es digno de triunfar.
Ahora sentado en una silla muy ruidosa
contemplo a las horas desfilar
pensando en como escribir
lo que en realidad simplemente a ti
te debería decir.
Unas veces siento florecer de nuevo
una primavera tras otra
que el mundo ha dejado de dar vueltas
y el humano se da otra oportunidad
a sí mismo como persona.
Recuerdos que tejen una idea perfecta
del pasado como lugar mejor
pero la conciencia sabe que no hay
dos amaneceres iguales
ni dos veces oportunidad.
A solas siempre pactamos
un reencuentro con el interior
pero solo el que está en paz
consigo mismo
consigue aguantar la soledad.
Te quiero
hacer partícipe de cada uno
de los sentimientos que me hicieron
escribir un largo testamento
para no olvidar el tiempo perdido.
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