Absurdo
como hacerse la víctima para dar pena
mejor mantenerse frío y aprender
de los problemas de la vida
que son la solución de otros.
La sinceridad se agota
se derrochó en los botellones
el sentimiento interior ebriamente aflora
recordándose como
motivo de risa y locura pasajera.
Pocos saben (o quieren)
aprovechar los efluvios
que los confirman como humanos,
cayendo en una perpetua dicotomía
entre ignorancia y felicidad.
Lucho por vivir
cambiando continuamente
el modelo de paradigma culpable
de ser quien soy
aunque no lo consiga nunca.
Porque somos
el fruto de miles de intersecciones
en nuestra mente, y la mía, redunda
en un trastorno bipolar
del cual no me consigo olvidar.
Cuando eres motivo
de que mi inconsciente haga
cosas absurdas, eso que llaman amor,
se vuelve contra mí y delega a mi cuerpo
a la función de triste espectador.
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