Soy cruel
suicida
que busca revolcarse
en la tristeza de añorar
lo que los vientos dijeron;
cuando eras tu la que hacía
que el mismo sol saliese a verte.
Amortizo los momentos
en los que desde lejos
observo y pienso
en lo que debí decir de
aquellos perfectos besos, porque
ahora los huelo
pero seguro contemplo
como se los das al aire.
Al fin y al cabo
la dura tarea de hacer
de poeta
cansa tanto al alma
que en tristes sueños
grandes proyectos se quedan.
Dime tú
si eres aquella
de la que yo un día
me enamoré velozmente;
dime tú
si todavía existe
aquel momento que
congela los segundos a tu espera.
Si esa negra
mirada es peor laberinto
que el de Creta, a pesar de que
no encierras
a ningún minotauro ni hay
altos setos o muros de piedra; yo
me pierdo en ellos
como en la primera visita
a una vieja ciudad de callejas.
Yo,
ResponderEliminarhace mucho tiempo de eso,
encontré la salida del Laberinto de Creta...
alguien tomó mi mano y me ayudo a escapar de el...
No recuerdo su cara.
aun en estos tiempos lo busco.
Ahora ando en otro laberinto y anhelo la tibieza de su tacto...
Como suelen decir, con el tiempo se arregla todo, se sale del laberinto. Se encuentra otro nuevo...
ResponderEliminarPero hay recovecos y esquinas que son particulares del espacio-tiempo...
Gracias por comentar y pasar ;)
entre laberintos de miradas a veces se pierde el camino, pero sigue caminando que habrá alguna puerta por la que salgas tan velozmente como entraste a ese amor. Saludos
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