Cuando la miseria ahoga cada
centímetro cuadrado
cerrando la oportunidad de respirar
aire limpio de vanidad;
cuando no quedan palabras
para recobrar la fuerza
de la impotencia sentida
por los crueles actos de maldad.
Porque la bruma de la playa
no deja ver lo bonito del sol
y se pierden en ese abismo
las poesías que nunca leyó;
porque la sinceridad aquí
no es sólo aparente sino que
escupo con cada verso
un agrio sabor a hiel.
Concierto
un encuentro
con un papel tortuoso
lleno de encierros
en un solitario destierro
acusado de calor
e inmunidad; recomponiendo
con versos
el amargo sabor de no
saber hacer sentir
lo que siento.
Tan sólo deseo
hacer miles de kilómetros
a dedo
y llegar a donde sea que
la gente viva
de sus sueños.
Surfear la vida
en las crestas de las olas
que llegan por
doquier
faltas de odio, fama
y rencor.
Pienso en mentes alquitranadas
que se oxigenan
cuando el dolor es ajeno
y deprime pensar
que la batalla siempre gana
el que más sucio
planea la jugada.
Son las 2:22
de la madrugada
y no he conseguido
tener la mente clara para
descifrar con estas desgarradoras
palabras
explicación
coherente de que
pasa por los delirios
de una mente abstracta.
Cuando la sensación queda
renegada hasta
límites que no expresa
el infinito matemático siquiera.
7-8-2010
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