sábado, 7 de agosto de 2010

COINCIDENCIA EN LA SOMBRA DESENFOCADA


En esta huída constante
La eternidad vuelve a ganarme un instante.
El flujo hace que el maná sea eterno
Y que no vuelvan a escucharse
Las notas de aquel viejo piano
Y tras las notas tus tacones
Y tras tus tacones un final:
Sé que al sentimiento más puro
Lo condena su ambición por prolongarse.
Cuando desencadenan los cantos de sirena
Acumulados en la parte inconsciente
De las caladas que ansiosos dimos
Volveré a ver, como tantas otras veces,
Mi reflejo hundido
En el fondo de tu pupila
Antes del parpadeo
Antes del olvido.
Como luces de neón
Que dan su último aliento
Para poder conciliar el sueño
Como dagas que supuran
Desde adentro hacia afuera
Como conductores nóveles
Estrellando su desesperación
Como duchas eternas al volver de la playa
Enfriando el calor que no calienta…
Como cigarros
Antes de entrar quedan
Los que se consumen poco a poco
Y llenan tus pulmones de humo
Como llenas las noches de sueños
En los que apareces
Oculta tras un hálito dulce
Conozco tu juego y conozco tus reglas
Conozco la distancia y conozco ese estadio mental
Que ambos maldecimos: el tiempo…
Conozco lo que será de ti la semana que viene
Pero desconozco donde estaré yo
A dónde me llevarán las ansias de esa casualidad
Que tú prometes.
Porque hay un abismo
Contra el cual juré no mantenerme quieto
Porque cada noche anhelo
Que las puntas de tu pelo
Se deslicen por mi piel
Y a cada trago espero
Reencontrarme en tu cama
¿Acaso no sabes
Que todas mis frases
Quieren terminar citando tu nombre?
¿Acaso no recuerdas
Aquella época
En la que para mi eras una desconocida?
Cuando te adentraste en lo profundo de mis historias
Aparecías como frágil y dulce dama
Camuflada tras la imagen deformada
De miles de ilusos que te devoraban
Cuando en la noche ebria bailabas…
Sobre pianos, tus tacones clavados en mi pecho
Cierras los ojos y creo que ver una lágrima
Espero que esa lágrima manche mi rostro
Suciedad salada rumbo a mis labios…
Cuando inauguro cada noche
Un funeral de colillas
Para reencontrarme contigo
En sencillas cuartillas
Que dijeron en otra vida
Cosas más sencillas…
Odio esta obsesión mía
Por complicarte
Por volverte un pensamiento
Por cuadricular la asimetría de tu corazón
Y así encaje en el hueco que dejaste
En mi interior.
No hay temblor más fuerte
Que recorra mi cuerpo cuando recuerdo
Lo que hay detrás de tu olor
Como musa acariciaste la fibra del amor
Y el mar pendía de tu melena
Cuando me regalabas el espectáculo
De verla totalmente liberada
Sobre el lecho de tu espalda…
Deliraba aquella noche
Cuando escupí sobre tu vida
La hiel hizo amarga
Esa escena homicida.
De amante a asesino
De loco a pirómano…
Mis manos juntas cobijan
El último fuego que encendiste en mi
Prenderé con él lo que me rodea…
Que esta pasión arrase el mundo.
Fueron aquellos ojos los que me llamaron
Para escribir sobre ellos
Porque nunca jamás nadie
Quiso enfrentarse directamente a ellos
Tal y como hice yo, en amargos versos
Ahora convertidas en cenizas
A esas rimas las desliza el viento
Ahora un lento agonizar…
Busco hundirme más y más en las sábanas
Enredarme en ellas, ser una momia
Ser desenterrado dentro de miles de años
Ver que ya no estás aquí
Que alguien te ha sustituido.
Alguien que pueda contener el calor
Como lo hacían tus firmes ojos en invierno
Que haya aprendido a iluminar
Como iluminabas antes la llama
Que supiese entender qué decía
Una línea de humo
Que hacia la nada marchaba…
Bienvenidos a ese rincón del aburrimiento
Que puedo considerar mi reino.
Insignificante, cerrado
En medio del movimiento incesante
Del ruido
Del odio


Roberto Gueroa y Jack Red

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