miércoles, 14 de agosto de 2013

48.

1990



Una noche de verano
ausente de calor
paciente esperaba el viento por soplar
y las hojas de los árboles
aun yacían en las calles
compitiendo con los pastos
por ver quién sobrevive hasta el siguiente otoño.

Una luna naranja
a la que me costó aguantar la mirada
me dijo que la paciencia
hace más por ti de lo que parece.

Yo ya no sé si son estos delirios
típicos de esta época
o más bien esa desidia que te deja
volver a la rutina
de escribirte por inercia.

Reclamo esas buenas noches de las que hablábamos
esas mismas de las que no se
su fecha de caducidad
pero yo soy de dejar las cosas acabadas
o por las noches no me dejan
descansar.

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